Te
amo. Lo repito cada día como el tiempo
repite en sus latidos el paso de las horas.
Y
por amarte, sufro.
Sufro porque no veo a cada instante
tu cálida presencia, porque ignoro en qué piensas
cuando de mí estás lejos y qué hacen tus manos
cuando no pueden acariciar las mías.
Te necesito ¿sabes?
como el pan que me como
y el aire en que me muevo.
como el pan que me como
y el aire en que me muevo.
Me enciendo como el sol cuando te miro,
lloro como la lluvia si te alejas,
y todas mis estrellas se me apagan y todos
mis
rosales se deshojan si no escucho tu voz.
Y no me basta, sabes, recordarte.
Necesito el apoyo de tu cuerpo,
la hondura de tus labios,
el
fuego de tu instinto.
Sufro por esos días que llegan sin traerme
tu
presencia,
por
esa soledad que me aprisiona en invisibles
rejas si
renuncias a verme;
por todo lo que podría ser y que no es,
por todo lo que sueño y deseo inútilmente.
por todo lo que podría ser y que no es,
por todo lo que sueño y deseo inútilmente.
Y me basta saberte viviendo,
respirando mis
palabras.
Y
temo perderte y no encontrarte
en el ardiente clima de mi amor.
en el ardiente clima de mi amor.
La vida se desborda, se desata por
todos
los caminos de mi sangre
cuando llegas y vienes a mi encuentro.
cuando llegas y vienes a mi encuentro.
Y si te vas, la sed, furiosamente me azota,
hasta
que siento que las heridas
-labios insepultos-
sorben
el agua oscura de mi llanto.
No digas que me amas como yo te amo a ti.
Me mentirías.
El amor que me sientes es tan sólo un espejo
que refleja una parte del que yo he hecho
mío a
través de mis años más hermosos.
Sin ti ya no hay caminos que sirvan
a mi paso,
ni
noches que merezcan oscurecer los ojos
que encendiste al mirarme,
ni tallos que resistan ser cortados
inesperadamente por esas manos mías,
que encendiste al mirarme,
ni tallos que resistan ser cortados
inesperadamente por esas manos mías,
esas
flores que morirán tan sólo
cuando olvides regarlas
con el puro contacto de las tuyas.
cuando olvides regarlas
con el puro contacto de las tuyas.
Te amo por todo cuanto niegas,
por todo cuanto das,
por lo que olvidas y recuerdas,
lo que gozas y sufres,
lo que dices y callas, y porque sólo tú
has dado vida al árbol de mi amor
y solo tú podrás talar sus ramas.
Montserrat Vayreda
Español

excelente poerma de Montserrat.
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